martes, 10 de julio de 2012

Capitulo 5. Él.

[Narra Cristina]

Porqué mentir, la noche fue muy entretenida. Buscamos y buscamos a Zayn y a Niall, algunos nos perdimos por el pueblo, pero nos divertimos. Después de eso nos fuimos a dormir. Eran las cuatro y media de la mañana. Solo hacía que dar vueltas por la cama, sin poder pegar ojo. Pensaba en lo ocurrido. Harry y yo, a punto de besarnos. ¿No era lo que quería? Estaba confundida. Era un chico... único. No me esperaba menos de él antes de conocerlo. Era dulce, agradable, simpático, cuidadoso... todo lo que una chica podia desear. Después de un buen rato, decidí coger mis auriculares y mi iPod y poner música, y al fin, conseguí dormirme. 
La mañana siguiente me desperté que eran las diez. No tenía sueño, no podía dormir más. Cuando me levanté vi que todos ya estaban despiertos, y que como el día anterior, desayunaban los chicos en nuestra casa. Saludé a todos con un “buenos días” desde la barandilla del piso de arriba, y entré al baño. Después me vestí y bajé. Lo primero que hice fue mirar a Harry, y éste hizo lo mismo. Cuando nuestras miradas coincidieron, los dos la apartamos rápidamente. Noté como nos miraban todos, pero me dio igual. 

- ¿Y este desayuno? ¡Hay más cosas que ayer! – dije, observando cada plato que había encima de la mesa, intentando disimular. 

- Es que nosotros hemos traído un par de cosas... – dijo Liam. – Prueba esto, lo hemos hecho Harry y yo esta mañana. – Cogí la galleta de la mano de Liam y le pegué un bocado. Estaba realmente deliciosa. 

- ¿Esta mañana? ¿A que hora os habéis levantado? – pregunté.

- Pues... No hemos dormido prácticamente... – dijo Harry. – Y pensamos en cocinar algo... Es un buen pasatiempo. – se le esbozó una sonrisa en la cara, esa perfecta sonrisa que tenía. 

Desayunamos sin problemas mientras decidíamos que hacer ese día. Todos teníamos muchas ganas de ir a la playa, así que fue una elección fácil. Cada uno fue hacia su habitación a preparar las cosas para ese gran día que nos esperaba. Cuantas veces habíamos soñado nosotras con esto... Liam, Harry, Niall, Louis y Zayn, en una playa, solo para nosotras cinco. Moría solo de pensarlo. 

[Narra Neus] 

Me preparé la bolsa y bajé. Para mi sorpresa, era la primera en llegar. Aproveché y cogí algunas cosas de la nevera, así Niall tendría con que entretenerse mientras estaba fuera del agua. Sonreí al pensar esto. Cuando terminé, me fui hacia el jardín, donde estaban Zayn, Liam y Louis esperando. 

- ¿Dónde están las demás? – Preguntó Zayn. 

- Cambiándose. Son unas lentas, no como yo. – dije, con una sonrisa traviesa en la cara. - ¿Y Harry y Niall?

Los tres se encogieron de hombros. Segundos después, aparecían María, Irene y Cristina. Explicaron que Aída no se había traído el bañador y se había vuelto loca buscándolo. Al final, como Cristina tenía dos, le prestó uno, problema solucionado. Cuando por fin bajaron Harry, Niall y Aída nos dispusimos a ir hacia la playa. Después de habernos perdido la noche anterior, nos sabíamos el camino de memoria. Nada más llegar, ellos se quitaron las camisetas mientras nosotras, sin darnos cuenta de que ya estaban dentro del agua, nos tumbábamos a tomar el sol. 

- ¿¡Pero habéis visto eso!? – dijo Irene, cuando vio que estaban en el agua, y no podían oírla. – Madre mía. Yo no se si aguantaré todo el día eh... 

- ¿¡QUE SI LO HEMOS VISTO!? – contestamos María y yo a la vez. Reímos las cinco a la vez.

- Chicas, tranquilizaos, que viene el rubito hacia aquí. – intervino Aída. 

- Hola chicas. – dijo Niall, cogiendo su toalla y colocándose al lado de María. Nosotras sabíamos perfectamente que eso le iba a gustar, ya que Niall era su punto débil. 

- ¿Ya te has cansado? – dije. ´

- No es que me haya cansado, es que... No tenía ganas. 

- Ya, ya, ya, seguro. – dijo María, guiñándole un ojo. Niall se giró hacia ella y rápidamente la cogió y se la llevó hacia el agua. 

- ¿Qué decías? – comentó él, de camino al agua. 

- Nada, nada, nada, nada, Niall ¡bájame! – dijo, entre risas. Todas observábamos la escena, divertidas. - ¡Niall!

- ¿Si no que me harás? – dijo, tentador, deteniéndose donde el agua le llegaba a la cintura y mirándole fijamente con esos ojos azules. 

- Yo... eh... – María parecía hipnotizada. De repente, oímos un grito. Niall le había dejado caer al agua y se iba nadando hacia los otros chicos, que estaban más lejos de la orilla. Nosotras empezamos a reír descontroladamente.

- ¡NIALL HORAN, TE VAS A ENTERAAAAAAAAAAR! – dijo María, cuando consiguió salir a la superficie. 

Después de un rato de persecución, María se dio por vencida, y volvió a la orilla. Niall se quedó con Louis, Zayn y Liam dentro del agua, ya que Harry hacia rato que había salido. 

- Irene, acompáñame a caminar un poco por la playa, por favor. – le guiñé un ojo, accedió y seguidamente se levantó y empezamos a recorrer la orilla.

- Vale, me supongo que tendrás un plan o algo por el estilo. – comentó Irene, refiriéndose a Harry y Cristina. – Te conozco. – Si, eso era verdad. De las cinco, las que nos conocíamos desde hacia más tiempo éramos nosotras dos. 

- No, no tengo ningún plan. Pero tienen que acabar juntos. 

- En eso te doy la razón. Algo se nos ocurrirá. ¿Volvemos? – me dijo con una sonrisa.

Dimos la vuelta y volvimos por donde habíamos venido. Aída, Harry, María y Cristina empezaron a poner la comida, al poco rato Niall salió del agua seguido de Louis. Al terminar de prepararlo todo, llamamos a Liam y a Zayn, que aún estaban ahí dentro. Me senté de cara al mar, observando como salían del agua. Eran tan perfectos... Todo era tan perfecto en esos dias. Sin preocupaciones, sin padres, sin hermanos pesados, solo ellos y nosotras. Comimos rápido, y después me fui a refrescarme un rato con Cristina, Liam y Niall. La tarde pasó muy rápido, jugamos a cartas, a palas, dentro del agua... Nos lo pasamos bien y disfrutamos como críos. Al caer la noche volvimos a casa, ninguno de nosotros tenía hambre salvo Niall, así que nos sentamos en el jardín a hablar un rato, ya que hacía una noche preciosa. Antes de irnos a dormir, me llamó Liam.

- Dime Liam – le dije con una sonrisa. Estaba nerviosa, estábamos él y yo a solas. Los demás ya habían entrado a casa.

- Oye... He pensado que si querías podríamos ir al paseo marítimo mañana por la noche a una heladería que hay ahí... 

- Claro, me encantaría. – mi interior estaba dando saltos de alegría. 

Me despedí de él quedando para ir a las 21:30 el día siguiente a tomar un helado. Entré a casa, subí al segundo piso, y ahí me puse a dar saltos de felicidad. Mis amigas salieron a ver lo que pasaba, ya que estaban todas en la habitación de Aída. Yo solo les contesté una palabra: “Él”. Y con una sonrisa, me fui a mi cuarto, dejándolas con las ganas. 


Neus.

Capitulo 4. Mi chica favorita.

[Narra Neus]

Me desperté sobre las 10:30. Fui directa al armario y escogí algo cómodo. Al abrir la puerta de mi habitación me invadió un olor a tostadas, chocolate y cosas dulces. Bajé las escaleras y pude ver a Aída y a Cristina preparando el desayuno. 

- Buenos días. – dije, con voz de dormida.

- ¡Buenos díaaaaaaaaas! – me contestó, enérgicamente, Aída. - ¿Cómo has dormido?

- Sinceramente, muy bien. ¿Qué hay para desayunar? Huele que alimenta. 

- Todo lo que puedes observar encima de la mesa. – me contestó, Cristina, que había conseguido abrir el pote de mermelada con el cual se estaba peleando hacia unos instantes. 

Miré la mesa y abrí los ojos, había muchísima cantidad de comida. No faltaba nada. Había cinco tazas con chocolate caliente, pastas, pasteles, y porquerías por el estilo. 

- ¿Vamos a comer todo esto? Porque si no... – no pude terminar la frase, ya que Niall entró sin avisar al comedor. 

- Uy... ahí no hay nadie despierto aun, ¿puedo desayunar con vosotras? – dijo, poniendo cara de cachorrito.

- Buenos días, Niall. – Me miré a mis dos amigas, que también me miraban aguantándose la risa, pensando lo mismo que yo. – Chicas... creo que nos van a ayudar con esto. – les dije. 

Esperamos un rato mientras María e Irene bajaban, mientras, preparamos algunas tazas de más. Cuando éstas se despertaron, se nos sumaron Harry y Zayn al desayuno. Empezamos a desayunar, y mientras, planeamos el día. Por la mañana no haríamos mucha cosa, ya que Liam y Louis aún no se habían levantado y el reloj estaba cerca de las 11:30. Pero después de comer y de las respectivas siestas, nos sentaríamos todos en el jardín y haríamos algo juntos. La cuestión era pasar la tarde juntos, conociéndonos mejor. Después de una cena en casa de los chicos, veríamos una película, o dos, o las que hiciera falta, y seguidamente, todos nos iríamos a dormir. Nos gustó el plan, no era perfecto, pero sabíamos que lo perfecto aún estaba por llegar. Se nos pasaron las horas volando, y sin darnos cuenta ya eran las cuatro y media de la tarde. Despertamos a los que estaban durmiendo y nos sentamos todos al jardín. Después de un buen rato de bromas, Niall decidió sacar la guitarra y nos pusimos a cantar. En principio, solo tenían que cantar ellos, pero cuando cantaron One Thing no nos pudimos resistir, aunque lo hiciéramos mal. Acabamos todos riendo, algunos tumbados por la hierba. Cuando se hizo la hora de cenar, entre todos cocinamos pasta y pollo con patatas, y cenamos en la casa de los chicos, justo como habíamos planeado. Después nos sentamos delante la tele, algunos en el sofá y algunos en el suelo. Louis, Zayn y Aída apostaron por ver Insidious, pero los demás nos negamos. Al final, por petición de Liam... terminamos viendo Toy Story. Cristina se sentó a mi lado y al lado de Harry. No le presté mucha atención a la película porqué me dedicaba a observarlos, y bueno, también porque tenía a Liam al otro lado. Pero miraba a Cris y a Harry y... no sé, había algo raro en ellos, como si tuvieran algún secreto, algo a esconder... No le di importancia y cuando la película terminó, nos fuimos a dormir. Bueno, dormir, dormir... no dormimos mucho. A la media hora más o menos que estabamos en nuestras habitaciones, tuve que ir a buscar una cosa al piso de abajo. Pero mi sorpresa fue cuando al abrir poco a poco la puerta por no hacer ruido, me encontré a Cristina saliendo de su habitación, vestida, y dirigiéndose hacia abajo. No lo dudé ni un segundo y entre a la habitación del lado, la de María. Se lo conté todo y salió cuidadosamente hacia el balcón mientras yo iba a avisar a Irene y a Aída. Nos colocamos las cuatro en el balcón, sacando los ojos por encima la barandilla, espiando a Cristina. Sabíamos que eso no estaba del todo bien, pero nos dio igual. Un momento después, apareció Harry. Ya sabía yo que algo se traían entre manos... Empezaron a hablar, y en un preciso momento vimos como poco a poco, empezaban a acercarse.

- Ah no, estos dos no se besan como me llamo María. – susurró, y segundos más tarde, se levanto, dejándose ver. - ¡PERO... COMO NO NOS HAS DICHO ESTO! ¡ES... ES IMPERDONABLE! – estaba claro que se lo decía en broma, por lo tanto las otras tres nos echamos a reír. Y se ve que por el otro balcón, salieron cuatro cabecitas riendo, también. 

Entonces Harry cogió a Cris de la mano, y los dos desaparecieron por la calle. Los ocho restantes, bajamos al jardín.

- A ver... ¿Queréis reir un rato? – nos dijo Louis, con la misma mirada del dia anterior, cuando quiso despertar a Zayn. 

- Hoy estoy de tu parte. ¿Plan? – le contesté. La noche prometía.

- Fácil, nos separaremos en cuatro parejas. Zayn con Aída, Niall con María, Neus con Liam y bueno, Irene conmigo. – las cuatro nos ruborizamos un poco. Louis había acertado de pleno con las parejas. 

Después de eso, como no sabíamos hacia donde habían ido, dos parejas se fueron calle arriba, y las otras dos, calle abajo. Yo iba con Liam, Aída y Zayn. Fuimos bajando por la calle, y al encontrar dos calles, nosotros fuimos por la derecha, y ellos fueron hacia la izquierda. Pasamos por muchas calles, siempre en silencio. No era muy incómodo, pero... prefería hablar con él. Llegamos a una esquina y Liam pasó primero. Al ver que estaban a pocos metros, retrocedió un poco y se quedó observando desde allí, sin ser visto. Pude ver que se encontraban en la plaza en la que habíamos bajado del coche y los habíamos visto por primera vez, y estaban los dos sentados en el borde de la fuente. 

[Narra Cristina]

“Las mataré” fue la primera cosa que se me pasó por la cabeza al ver lo que me habían hecho. No les había dicho nada por petición de Harry. ¡Y ESTÁBAMOS A PUNTO DE BESARNOS! Me iban a oír cuando llegase a casa. Pero bueno, estaba en la plaza, junto a él, en silencio. Entonces cogí un poco de agua y lo salpiqué. Él continuó con el juego, y así estuvimos durante un rato hasta acabar empapados. Entonces nos reímos, y cuando conseguimos parar, supe que estaba a punto de volver a pasar. Y esta vez, no me lo iba a romper nadie. O eso creía. Cuando estábamos a milímetros el uno del otro, oímos una voz que venia de detrás de mí. Louis.

- ¡HARRY EDWARD STYLES! – poco a poco, Louis se iba acercando, y con él pude ver que iban Irene, Liam y Neus. - ¡Como te atreves a engañarme! Yo que confiaba en ti... – Se puso en un tono dramático, y no pudimos evitar contener la risa, a pesar del enfado del momento. – No os riáis, ¡Que esto es serio! – ni él podía aguantarse las ganas de reír. 

Al final, volvimos poco a poco a casa. Pero al llegar, Liam recibió una llamada de Niall diciendo que se habían perdido. Que no sabían donde estaban. Total, que yo fui con Irene a buscarlos, Louis con Harry, y Liam siguió yendo con Neus. Vaya noche que me esperaba... y al final, me había quedado sin beso. 

[Narra Harry]

Genial, ahora tenía que ir con Louis. Yo que quería ir con Cristina... Tuvo que interrumpirnos en el mejor momento, no se podía esperar, no. Tenía que dejarle claro, otra vez, que desde que la vi en la foto que nos adjuntaron en la carta, algo cambió en mí. Tenía que dejarle claro, que ahora ella era mi chica favorita.


Neus.

Capitulo 3. Un principio.

[Narra Neus]

Miré el reloj, ya hacía un cuarto de hora que Cris se había ido con Harry al supermercado y aún no había vuelto. Mientras, Aída se había ido a cambiar de ropa porqué Irene le había tirado toda la Coca-Cola por encima, y todo por culpa de Louis. Ah si, Louis ya había aparecido, pero no nos había dicho de donde venía. Niall seguía con sus patatas y Liam, María y yo observábamos las diferentes escenas que iban transcurriendo. De repente, Cristina apareció con Harry, los dos riendo como locos. María y yo nos miramos, y sí, sospechamos. Después de que llegasen, Harry terminó la comida y comimos todos juntos, sentados en la hierba, bromeando, hablando, contándoles nuestra vida y escuchando sus anécdotas. Estuvimos planeando ir por la tarde a la playa, pero Irene, María, Aída y Harry dijeron que no, que no tenían ganas. Opción descartada. Después de comer, Louis y Zayn se tumbaron en la hierba y al poco rato se quedaron dormidos. Estaban realmente adorables, los dos durmiendo.

- ¿Haremos algo? – pregunté. 

- Lo dudo mucho. – me contestó Aída. 

- Pues yo me voy a dar una vuelta por el pueblo. No tengo ganas de quedarme aquí... ¿Alguien se apunta? – nadie me contestó, así que lo di por un no, y me fui directa a la valla. 

Cuando estaba a punto de salir a la calle, oí que alguien decía que me esperase, me giré y era Niall que venia a paso rápido hacia mi. Cuando me alcanzó empezamos a caminar, sin rumbo fijo. 

- Niall... Dime, ¿Porqué lo hacéis todo esto? 

- ¿Qué quieres decir, estar aquí con vosotras un mes? 

- Si. ¿Por qué nosotras y no otras? 

- ¿Te digo la verdad? Cuando nos leímos vuestra carta, desde la primera palabra a la última nos dejasteis asombrados. Fuisteis diferentes a las otras cartas. 

- Tampoco hay para tanto... creo yo. 

- ¿Qué no hay para tanto? Mira... Nos encanta que nos digáis que nos queréis y todo eso. Pero vosotras... no sé, nos parecíais diferentes, algo especial tenéis... Y estamos todos de acuerdo con eso. – dijo, mirándome a los ojos y con una sonrisa. Creía que me iba a morir ahí mismo. 

- Y entonces... ¿Cómo empezó todo? – le pregunté, devolviéndole la sonrisa. 

- Pues... Cuando nos llegó la carta, el primero en leerla fue Liam. – cuando dijo eso, noté que todo mi interior se revolucionaba. Liam, el primero en leerlo. Y es que siempre había sentido ese “algo más” por él. – La dejo aparte, y se la llevó con él. No fue hasta el día siguiente que nos la mostró. Al leerla todos, supimos que teníamos que hacer algo para conoceros. Así que empezamos a pensar y decidimos hacer esto. 

- Vaya... – no podía parar de sonreír. 

Al terminar esa conversación, nos dimos cuenta que habíamos llegado a la playa. Niall propuso de ir a una heladería del paseo, y yo acepté. Después de un buen rato hablando, decidimos volver a casa. ¿Qué habían pasado, una, dos horas? Parecía mi hermano. En ese período de tiempo, él me conocía más que mis propias amigas. Había algo que me hacía confiar en él. Siempre había pensado que Niall seria el mejor amigo perfecto. Y ahora... lo tenía. Al llegar, Zayn aún estaba dormido, y Louis estaba susurrando a María y a Aída algo que parecía un plan para despertarlo. No había rastro de Irene ni de Cris, supuse que estarían en casa. Liam estaba tumbado escuchando música, y Harry... No tenía ni idea de donde estaba. Me acerqué a Louis, para ver que decían.

- Hola Neus, ¿participas en nuestro plan? – me dijo, con una sonrisa malévola. 

- ¿Que... plan? 

- El de despertar a Zayn. – me contestó Aída, divertida.

- Madre mía... ¿Qué queréis hacerle ya?

- Pues... tirarle un cubo de agua fría es una de las opciones. Aunque... puede haber más posibilidades.

- Qué malos sois... ¡dejadle dormir! 

- Claro, como tú no lo tienes en tu casa... – miré a Louis, extrañada. – Si, después, cuando los demás queremos dormir, él se pone a ver la tele y no hay manera de pegar ojo. – dijo eso con tono de resignación, y nosotras tres nos pusimos a reír. - ¡Pero callaos! ¡Que le vais a despertar! 

- ¿No era ese tu propósito? – le pregunté, riendo.

- Si, pero no de esa manera.... mwahahaha. – eso nos hizo reír más. – Bueno, si no queréis colaborar... Me voy a buscar un cubo, con agua. 

Dicho eso, entró a casa en el mismo momento que Harry salía de ella. Por lo que pude entender, había ido al baño. Reuní el valor suficiente como para ir y sentarme al lado de Liam, ya que tenía mucha vergüenza por estar a su lado. Él se quitó los cascos y me sonrió. En ese mismo instante, morí. 

- ¿Qué planea ya Louis? Lo he visto entrar muy rápidamente... 

- Quiere despertar a Zayn con un cubo de agua fría. 

- Parece que no sepa las consecuencias... Ya lo intentó una vez, y no salió muy bien que digamos. – al recordarlo, se le esbozó una sonrisa en la cara. – Bueno, acerquémonos más a la escena, que no quiero perdérmelo. 

Nos levantamos, y segundos después Louis salía corriendo de casa. No se lo pensó dos veces y tiró todo el contenido del cubo encima de Zayn. El pobre se despertó gritando, y, empapado completamente, empezó a perseguir al culpable por todo el jardín. Cuando lo consiguió coger, se abalanzó sobre él y terminó igual. Vamos, que fue una escena muy digna de ver. Después de eso, cenamos y nos fuimos a dormir. Había sido un día muy movido. Habíamos congeniado todos muy bien, nos habíamos cogido confianza rápidamente, y lo mejor, es que eso, era solo el principio. 


Neus.

Capitulo 2. Podía ser yo misma.

No, no podía ser un sueño. Cuando llegaron donde estábamos nosotras, nos saludaron con un abrazo a cada una, y nosotras nos presentamos. La verdad, no me esperaba que pudiera reaccionar como lo hice. Estaba calmada, y podía hablar tranquilamente sin tartamudear. Me sorprendí de mi reacción y de las de mis amigas, ya que Aída y María no hablaron en todo el rato, y normalmente eran las más charlatanas. Ellos se ofrecieron a llevarnos las maletas, nosotras accedimos, y seguidamente nos guiaron hacia la casa en la que viviríamos durante el mes siguiente. No sabíamos si estaríamos todos juntos, pero eso no lo veíamos muy claro, ya que todos necesitaríamos algo de intimidad... Después de caminar unos cinco minutos, llegamos delate de una valla blanca, que daba a un jardín enorme con una casa en cada lado de él. Louis abrió la puerta, y fuimos entrando una por una detrás de él. Los demás, fueron pasando detrás de nosotras. 

- Y aquí tenéis vuestra casa. – dijo Zayn, señalando la de la derecha. – Nosotros estaremos en la otra. Vamos, que os la enseñamos. – empezamos a caminar. 

Entramos por la puerta del jardín, y nos advirtieron que era la única puerta de salida de la casa. Casi toda la pared que daba a él eran ventanas del techo al suelo, por lo tanto deberíamos ir con cuidado al ir por casa. Nada más entrar a la izquierda, nos encontramos dos sofás idénticos colocados en forma de “L”, y justo enfrente una tele enorme de pantalla plana. Al fondo de la sala, había una barra americana con la cocina detrás. La mesa estaba al lado de la barra, dejando entre estas dos un pasillo suficientemente amplio para pasar dos personas a la vez. A la derecha, había unas escaleras que subían al piso de arriba, donde supuestamente habían las habitaciones. Fuimos subiendo uno por uno, y al llegar arriba nos encontramos un pasillo con siete puertas, dos de las cuales eran baños y las otras, habitaciones. En cada puerta de cada habitación había un nombre. Busqué el mío, que estaba en una punta al lado de la de María. Cristina la tenía en medio, en la otra punta de pasillo estaba la de Irene y a su lado la de Aída. Cada una entró a su habitación. 

[Narra Cristina]

Entré a mi habitación. Era de un color rosa precioso, con las sábanas y las cortinas en varios tonos rosados. Al fondo de la habitación, había una puerta como la de abajo, que daba a un balcón, donde se comunicaban todas nuestras habitaciones. La cama estaba al lado izquierdo. Me senté en ella, y puse las maletas a mi lado. Las abrí y coloqué la ropa poco a poco en los cajones, en el armario... Cuando lo tuve todo listo, fui a ver lo que hacían las otras, pasando por el balcón. Primero fui a la habitación de Neus. Di tres golpes en el cristal hasta que se dio cuenta de que estaba allí y fue a abrirme. Su habitación era de un tono morado muy bonito, su favorito. Los muebles estaban colocados igual que en mi cuarto, así que supuse que todas las habitaciones serian iguales, pero con colores diferentes.

- Hola, ¿Qué tal va todo? – pregunté, observando cada rincón de su cuarto. 

- Pues de momento bien, acabando de colocar las cosas... ¿Ya lo tienes todo listo? 

- Si... Bueno, solo pasaba para ver como estabas, voy a ver como les va a las otras, cuando termines avísame y bajamos al jardín, ¿si? – dije, cruzando la puerta que daba al balcón.

- Ok. ¡Espera! ¿Y los chicos? ¿Se han esfumado o algo? Es que desde que hemos entrado a las habitaciones no los he vuelto a ver... 

- Están abajo, preparando una barbacoa creo yo... – le contesté, señalando el jardín. 

Salí de su cuarto y entré al de María, que estaba con Irene, terminando de colocar las cosas. Su cuarto era de un verde no muy intenso, pero tampoco muy pálido. Como le quedaba poco, la esperé junto a Irene y al salir al pasillo vimos a Neus y a Aída salir de sus respectivas habitaciones. Bajamos todas juntas al jardín, donde nos esperaban Liam y Zayn sentados en la hierba, delante de un mantel lleno de patatas, frutos secos, refrescos, y cosas por el estilo. Niall estaba con Harry cocinando algo en la barbacoa, que estaba en una esquina del jardín. Nos sentamos junto a ellos dos, y empezamos a hablar. 

- Por cierto, ¿y Louis? – preguntó Irene. 

- Pues no lo sé, supongo que habrá ido por ahí... – contestó Zayn. 

- Chicas, yo de vosotras me apartaría de todo esto de aquí. Viene Niall. – nos advirtió Liam. Todas soltamos una pequeña risa.

Giré la cabeza. Si, Niall se estaba acercando, seguido de Harry. Éste último iba con un delantal y unas pinzas de la carne en la mano. Que guapo estaba... Me quedé embobada mirando, hasta que Neus me avisó que se notaba mucho. Siempre había sentido algo más por él que por otro miembro de la banda. Me gustaban todos, pero él tenia un no se qué que me atrapó desde el primer momento en que oí su preciosa voz. Esos rizos, los hoyuelos que se le formaban cuando sonreía... me mataban. 

- Necesito que alguien me acompañe a buscar un par de cosas que me hacen falta para la barbacoa al supermercado de aquí al lado... ¿Voluntarios? – preguntó Harry. María y Neus me miraron, y entendí perfectamente que querían decirme que esa era mi oportunidad.

- Vengo contigo. – dije, levantándome y armándome de valor. No sabía como había dicho eso, pero lo había dicho, eso era lo importante. Siempre había sido algo tímida al principio de conocer a las personas, después, ya me soltaba.

Él se quitó el delantal y lo lanzó a la cabeza de Niall, que estaba comiendo patatas fritas. Éste soltó un gruñido y los demás empezaron a reír. Seguidamente, los dos fuimos hacia la valla blanca, él abrió la puerta y me dejó pasar primera. Empezamos a caminar, yo estaba algo nerviosa, pero en cuestión de segundos se me pasó el nerviosismo, era una persona realmente encantadora. En persona, hacia muy poco que lo conocía, pero sentía que con él, podía ser yo misma.


Neus.

Capitulo 1. ¿Podía ser todo eso un sueño?

Cerré la maleta. Al fin, en unas horas estaría volando hacia Inglaterra con mis cuatro mejores amigas. Esa noche no había dormido nada. Visitaría el país de mis sueños, además de con mis amigas, y con mis ídolos, One Direction. Ese nombre me había retumbado por la cabeza toda la noche, impidiéndome dormir. Si, ellos, los cinco. Hace unos meses me encerraba en mi habitación escuchando sus canciones, más de una vez llorando, porque nunca los llegaría a conocer, y ahora, estaba a unas horas de ellos, de tenerlos delante. Durante la noche me había puesto a reflexionar como reaccionaria delante suyo, pero me era imposible imaginarlo. ¿Lloraría? ¿Gritaría? O simplemente, ¿Me quedaría muda y sin hacer nada? La última opción era la más probable. ¿Qué como conseguí pasar medio verano con ellos? Fue de una manera muy exagerada y casi imposible... Ahora lo cuento. Mi grupo de amigas y yo, cinco en total, somos directioners. Y un día, a María se le ocurrió mandarles una carta. A las otras nos pareció una gran idea, así que lo hicimos. Primero la preparamos en español, pusimos todo lo que sentíamos, palabras que nos salían del corazón, y después nos encargamos de la traducción. Por último, añadimos nuestros twitters y e-mails y cuando la tuvimos toda lista, pusimos una foto nuestra dentro del sobre. Aída se encargó del envío. Lo que menos nos esperamos, es que nos contestaran. Si que pusimos que nos gustaría saber que la habían leído, puede que solo quisiéramos una simple mención. Yo fui la primera que se enteró. Un día llegué a casa del instituto, cogí mi iPod y entré a twitter. La sorpresa fue encontrarme que Harry, el de verdad, me seguía. Me puse como una histérica, salté por todo mi cuarto. No chillé por respeto a los vecinos, que se iban a pensar que estaba loca. Llamé a Cristina inmediatamente, y ella reaccionó igual que yo. Si que todas nos llevábamos bien, pero Cristina y yo estábamos más unidas. Como ya habíamos quedado todas para ir a dar una vuelta esa tarde, decidimos esperar a contárselo a las demás. A las cinco en punto, todas estábamos en nuestro punto habitual de encuentro, el parking que había detrás de la biblioteca del pueblo. Por suerte, encontré wifi y lo pude mostrar a todas. María fue la más exagerada, mientras que Aída e Irene reprimieron las ganas de chillar y se abrazaron, con una gran sonrisa en la cara. Entonces, Cristina, que me había cogido el iPod, se fijó en una cosa que yo no me había fijado antes.

- Neus, tienes un DM. – dijo, con voz temblorosa. Cogí el iPod de sus manos y me alejé de ellas, por si a caso. 

Abrí la pestaña de “Mensajes Directos”, y los ojos se me abrieron como platos cuando vi que era de Harry. Del mismo Harry Styles. Y no solo había uno. Decían, en inglés: “Hola! Hemos recibido vuestra carta, y os hemos avisado, como pedisteis. Nos ha gustado mucho todo lo que habéis dicho. Tenemos una sorpresa para vosotras, pero nos gustaría hablar por teléfono antes con vuestros padres. Por favor, pásanos los teléfonos de las cinco. Gracias! :) x” No pude más y ahogué un grito. Todas vinieron corriendo, y en verlo reaccionaron igual. One Direction, tenía una sorpresa para nosotras. Ellos. Nuestros ídolos. Desde ese día no paramos de hacer suposiciones para saber lo que podía ser ¿Entradas para un concierto? ¿Conocerles? Al llegar a casa, después de salir por la tarde un día, un 28 de febrero por ser más exactos, me encontré un sobre encima de la cama. Yo y todas las demás, claro. En él no ponía nada, así que no dudé y lo abrí inmediatamente. Primero saqué una carta, escrita en inglés. Decía que si quería pasar medio verano en un pueblecito de mar y montaña británico. Seguí leyendo, y cuando vi que era con ellos, entré en shock y no reaccioné. No sabía que decir, que hacer. Lo primero que hice fue coger el teléfono y llamar a Cris. Estaba igual que yo, alucinada. No nos lo creíamos. Íbamos a pasar un mes con nuestros ídolos... Desde ese día nos centramos a perfeccionar nuestro inglés, unas más que las otras. Un mes antes de la fecha, fuimos de compras a Barcelona. Nos dejamos el dinero ahorrado durante un año o más, pero fue por una buena causa. Y al fin llegó el día. 
Estaba esperando a que me pasara a buscar Irene para ir a comprar un último detalle. Lo acordamos justo la semana anterior. Iríamos a la tienda de accesorios que había en el pueblo, y nos compraríamos una de las famosas pulseras de la amistad cada una. Como sabíamos que ese verano nos cambiaria la vida, queríamos una prueba de nuestra amistad. La compramos y volvimos a casa, esa vez para coger las maletas. En 15 minutos nos volveríamos a encontrar en el aeropuerto. Quedaba menos de una hora para que el avión despegase, así que empezamos a despedirnos y embarcamos. En unas horas estaríamos en la capital británica y con ellos. Que bien sonaba... Nos quedamos dormidas en el avión, cosa que era de esperar sabiendo el estrés en las últimas semanas. Al llegar a Heathrow nos esperaba un coche, que supuestamente nos llevaría hasta el pueblo. También dormimos... A los diez quilómetros, el chofer nos despertó. Estábamos a punto de llegar y los nervios aumentaban. Nos cogimos de las manos. Cuando el coche paró, estábamos todas como un flan. Primero bajó María, después Aída, seguidamente Irene y por último Cristina y yo, que íbamos cogidas de la mano. Allí estaban, sentados en el borde de una fuente que había en la plaza donde estábamos, sonriendo y haciendo bromas entre ellos. No podía ser... Estaban allí. Y nosotras a cincuenta metros de ellos. Cuando nos vieron, se levantaron y avanzaron hasta donde estábamos nosotras. ¿Podía ser todo eso un sueño?

Neus.

Introducción.

Os voy a contar lo que pasó el verano pasado, el mejor verano de mi vida y de mis mejores amigas, Cristina, Aída, Irene y Maria. Aquel 28 de febrero supimos que nunca volveríamos a ser las mismas chicas de siempre, en unos meses, nuestras vidas iban a dar un giro de 180 grados. Si, ya se que el 28 de febrero no cae en verano, pero ahí fue el principio de todo, de nuestra aventura. Bueno, me voy a presentar: Me llamo Neus, tengo 15 años y soy directioner. Siempre había luchado por mis sueños, hasta que empecé a perder la esperanza. Entonces, María tuvo la mejor idea de su vida, mis esperanzas volvieron, y si, mi sueño, mejor dicho, nuestro sueño, al fin se cumplió. Conocimos a nuestros ídolos, y pasamos miles de cosas junto a ellos, hasta volvernos absolutamente inseparables. Aún no nos lo creemos, ha sido lo mejor que nos ha pasado en la vida. Cuando cierro los ojos, veo la chica que era antes de todo esto. A veces extraño esos tiempos. Pero no puedo hacer nada para cambiarlo. Si eso fue lo que yo elegí... ¿Por que arrepentirme? Estoy viviendo mi sueño, mi gran aventura.


Neus.